Muchos han sido los que han puesto en Navarra la semilla de un negocio que se antoja fructífero, pero, por el momento, sólo uno ha llegado a florecer, el de Juan Ignacio Goñi Mearin, en Obanos.
Desde que se decidió en el año 76, este veterano micólogo, pionero en España, ha hecho germinar todo un emporio familiar de cultivo de `pleurotus ostreatus´ o «la seta del cardo», como se le conoce popularmente.
El secreto es un misterio. «De esto nadie sabe nada», dice. Cada saco de compost, es una caja de sorpresas, literalmente, una bolsa cerrada de la que suelen brotar dos kilos y medio de setas de promedio, aunque «puede que dé cuatro o puede que ninguno», asegura. Y, por supuesto, todos llevan el mismo proceso.
Aquí tienes la historia completa (pdf)